Carlos
Calamita Ruy-Wamba fue el primero de los hijos de Enrique Calamita
Matilla, fundador y propietario de Heraldo de Zamora.
Nació
en Zamora y cursó estudios de derecho en la Universidad Central de
Madrid, licenciándose en 1911.
En
1913 es nombrado inspector auxiliar interino de primera enseñanza.
Más
tarde, ingresa en la carrera judicial por oposición, que le lleva a
desempeñar su trabajo en diversos destinos como Benavente,
Castrojeriz, Peñaranda de Bracamonte, Nava del Rey, Segorbe, Medina
de Rioseco, Medina del Campo, Soria, Palencia y Albacete destacando
por su extraordinario espíritu de justicia que le hace acreedor de
un gran prestigio entre la profesión.
Cuando
estalla la guerra civil desempeñaba su cargo en el Juzgado de
primera instancia e instrucción número 9 de Madrid, siendo detenido
y encarcelado.
Logra
escapar de prisión y se refugia en la embajada de Noruega, desde
donde pasa a la zona nacional.
En
calidad de Magistrado en 1938 reanuda su carrera judicial siendo
destinado a Cáceres, Palencia, Valladolid Guadalajara y finalmente
a Madrid a la Sala Tercera de lo Civil.
Fue
autor de varios libros, entre los que destacan la novela Los
inútiles, Las curiosidades históricas de Zamora y
Figuras y semblanzas del Imperio.
Durante
su etapa juvenil colabora a menudo en Heraldo de Zamora.
Fruto
de estas colaboraciones mantiene duros enfrentamientos con Constancio Arias, director de El Correo de Zamora, algunos de ellos ya relatados
en este blog.
La
publicación del artículo Epicúreo y Malandrín llevá a
Constancio Arias a interponerle una demanda por un presunto delito de
injurias graves.
Fallece
en Madrid el 13 de septiembre de 1956 y sus restos fueron trasladados
al Cementerio de San Atilano de Zamora dónde recibieron cristiana
sepultura.
El
día en la Audiencia.
Ante
un público selectísimo y numeroso que llenaba por completo la sala
de actos de nuestra Audiencia, ha continuado hoy la vista del proceso
seguido contra don Carlos Calamita y don Francisco Alfonso por el
supuesto delito de injurias seguido a instancias de don Constancio
Arias Rodríguez, ex-director de El Correo de Zamora, diario
tradicionalista y con censura eclesiástica.
A
las once de la mañana el señor presiente concedió la palabra al
defensor de don Carlos Calamita y representante del responsable civil
subsidiario.
El
señor Cotrina
Ha
invertido toda la mañana en informar en derecho ante la Sala,
demostrando hasta la saciedad que el asunto debatido no constituía
delito, ni por tanto podía derivarse de él responsabilidad de
alguna clase.
Don
Andrés Cotrina Ruy Wamba ha patentizado hoy ante la Sala que ha
estudiado el asunto con observación indiscutible y que le permite
traer a la vista la convicción de sus opiniones.
La
hermosa oración forense del notable letrado cansó honda impresión
en el auditorio, y prometemos a nuestros lectores dársela a conocer
mañana, cuando nos lo permitan las tareas del periódico.
Entre
tanto, creemos un deber informativo hacer constar que al abogado de
don Carlos Calamita se le acercaron esta mañana infinito número de
personas para estrechar su mano y felicitarle efusivamente por el
brillante informe que había pronunciado.
A
la una de la tarde, el cansancio y el agobio sentido por el orador
que no hace mucho estuvo postrado en cama por grave dolencia, le
obligaron a pedir a la Sala que suspendiese el acto.
Muy
deferente la presidencia accedió a ello.
Y
así pues, esta tarde a las cinco continuará en el uso de la palabra
el señor Cotrina.
Heraldo
de Zamora, 27/10/1913