Tras
la sesión de la mañana, por la tarde se reanuda la vista oral del
juicio que a instancias de Constancio Arias, ex director de El Correo
de Zamora se sigue contra Francisco Alfonso y Carlos Calamita
acusados de un supuesto delito de injurias graves.
Constancio
Arias Rodríguez, abogado y periodista, fue un hombre de profundas
convicciones católicas tradicionalistas y un integrante destacado
del carlismo regional durante el primer tercio del siglo XX.
Sabemos
que no era natural de Zamora, y las primeras referencias lo sitúan
en Valladolid donde en 1903 obtiene el titulo de bachiller. Es
posible que fuera originario de Nava del Rey, pues tras contraer
matrimonio en diciembre de 1913 se dirige a esta localidad para
visitar a su madre.
Fue
redactor de El Porvenir de Valladolid hasta noviembre de 1905
en que junto a otros tres compañeros presentan su dimisión.
La
hemeroteca refleja su impetuoso carácter polemista ya que son
abundantes las noticias en las que se haya inmerso en contenciosos
jurídicos o sancionadores. En noviembre de 1903 el Noticiero
Salmantino informa que
«se
ha sobreseído la causa contra Constancio Arias, redactor de El
Porvenir, cuyo periódico fue denunciado hace poco tiempo.»
En
febrero de 1907 es nombrado director de El Correo de Zamora,
sustituyendo a Francisco Antón. En mayo de 1909 accede nuevamente a
la dirección del diario, en esta ocasión sustituyendo al joven
abogado Luis Antón Villavedón, ejerciendo el cargo hasta el
19/05/1913.
Elocuente
orador, participa en numerosos mítines antilaicistas condenando el
establecimiento de la enseñanza laica y propagando los ideales
carlistas.
Es
conocida la polémica suscitada con Enrique Calamita, director de El Heraldo de Zamora.
En
marzo de 1912 es de nuevo procesado por realizar algunas
consideraciones a la sentencia dictada por el Tribunal Supremo, con
motivo del recurso contra la sentencia absolutoria de la Audiencia de
Zamora.
En
noviembre de 1913 se presenta a las elecciones municipales del
Ayuntamiento de Zamora representando la candidatura jaimista en el
distrito del Consistorio-San Martín, obteniendo un notable resultado
y consiguiendo su elección como concejal.
El
24 junio de 1914, numerosos obreros acuden a la sesión del pleno del
Ayuntamiento, los cuales a gritos piden la dimisión del concejal
jaimista. En vista del enorme alboroto, el alcalde se ve obligado a
suspender la sesión. Como en la calle los alborotadores continúan
profiriendo gritos, varios concejales deciden acompañar a Constancio
Arias hasta su domicilio para evitar una agresión.
En
1919 obtiene una plaza en las oposiciones para escribiente del
Ayuntamiento de Salamanca.
En
febrero de 1921, y ya como funcionario del Ayuntamiento de Salamanca
se ve sumido en una nueva polémica al opositar para la plaza de
oficial jefe del Negociado de padrones y estadística, que no
obtiene. En julio la sesión ordinaria del pleno del Ayuntamiento
varios concejales solicitan que el Sr. Arias sea destituido por haber
tildado de inmoral al Ayuntamiento. Después de un arduo debate se
acuerda que se le descuenten cuatro
meses y que quede apercibido para siempre: es decir, que a la primera
falta se le considere como cesante.
La
última noticia que he encontrado acerca de Constancio Arias es la
publicada por el diario republicano El Luchador, quien el 1 de
septiembre de 1932 informa del acuerdo del Ayuntamiento salmantino de
instruir expediente sancionador contra los funcionarios Constancio
Arias y Francisco Bravo, redactor jefe de La Gaceta Regional acusados
de actuar contra el régimen.
NUESTROS PROCESOS
Con
mayor concurrencia de público que en la sesión de la mañana, ayer
tarde continuó en la Audiencia la vista de los procesos seguidos
contra don Francisco Alfonso y don Carlos Calamita por el supuesto
delito de injurias graves a instancia de don Constancio Arias
Rodríguez, ex director de El Correo de Zamora, diario
tradicionalista y con censura eclesiástica.
Constituido
el Tribunal, le fue concedida la palabra al querellante, quien
invirtió toda la sesión, cuatro horas y media, en la lectura de
textos glosados por el mismo, en hacer a su sabor y antojo la
historia del Heraldo de Zamora y en imponer a la Sala y auditorio en
creencias erróneas y que entrañan tal gravedad, que nosotros no nos
hacemos por hoy eco de ellas, algunas de las cuales tenemos por
seguro que no pueden quedar impunes, por la sensación hondísima que
causaron en el público que asistió al debate, y por la
respetabilidad de las personas a que se aludió.
A
las nueve y media de la noche el letrado querellante dio por
terminado su informe y el señor presidente de le Audiencia declaró
suspendida la sesión para continuar el sábado próximo a las diez y
media de la mañana.
El
letrado-defensor de nuestro compañero don Francisco Alfonso pidió a
la sala que prolongase la sesión siquiera tres cuartos de hora para
repeler gravísimas acusaciones personales que le había dirigido la
parta querellante.
El
señor presidente vióse precisado a no acceder a la petición del
señor Petit, en vista de la indisposición que sufría uno de los
señores magistrados.
Así,
pues, el sábado a las diez y media de la mañana, informarán las
defensas de nuestros compañeros Alfonso y Calamita, los abogados
señoras Petit y Cotrina.
Heraldo
de Zamora, 23/10/1913
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