lunes, 26 de septiembre de 2011

CENTENARIO DE LA MUERTE DE EDUARDO BARRÓN

Aprovechando que se aproxima el centenario de la muerte de Eduardo Barrón, insigne escultor zamorano, autor, entre otras obras, de la célebre estatua de Viriato emplazada en la plaza del mismo nombre, reseñaré como El Heraldo de Zamora, recibía la noticia de su fallecimiento, y el obituario publicado al día siguiente.

ZAMORANO MUERTO

    D. Eduardo Barrón González.

La Prensa madrileña da cuenta en su número de hoy de que el conocido escultor y académico don Eduardo Barrón estuvo anteayer en la academia de Bellas artes conversando con sus compañeros de Academia; a las doce, cuando iba por la calle de Sevilla, se sintió repentinamente enfermo.
Auxiliado el señor Barrón por un amigo, varios transeúntes y una pareja de guardias, fue conducido a la casa de socorro del distrito del Centro, sita en la tercera Casa Consistorial.
Allí, los médicos de guardia, señores Laforga y San Pedro, pudieron apreciar que el ilustre académico padecía de una hemorragia cerebral de carácter gravísimo.
Poco después de ingresar en el benéfico establecimiento falleció el desgraciado artista.
Al saberse la noticia, acudieron a la Casa de Socorro deudos y amigos del finado.
Hoy sábado, a las once; se ha dado sepultura al cadáver del señor Barrón en el cementerio de San Justo.
Un critico de arte, al hablar de la obra artística realizada durante su vida por el infortunado escultor, hace de el la siguiente apología:
"Barrón formó desde su juventud entre los creadores de nuestra escultura contemporánea animada, viva, genial, en contraposición de la de principios y mediados del siglo pasado, fría ,imitadora casi siempre del antiguo y sumisa a la preceptiva académica; pero así como entre nuestros más conocidos escultores ha prevalecido hasta hoy lo que podríamos llamar tendencia pictórica, que imprime a la escultura animación excesiva y cierto desequilibrado movimiento, en Barrón acaba, al fin de su primera juventud, como ahuyentada por la hondura de pensamiento, que hace reflexiva y escrupulosa su labor, como lo demuestra el grupo La educación de Séneca, que figura en el Museo de Arte Contemporáneo”
El finado era natural de Moraleja del Vino.
Reciban su afligida viuda e hijos y especialmente su apreciable hermano don Natalio, pagador de la jefatura de Obras públicas de esta provincia, nuestro sentido pésame por la desgracia que lloran.

(Heraldo de Zamora, 25/11/1911)

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