lunes, 19 de septiembre de 2011

LOS TELEGRAMAS DE PERIODICO CARLISTA

La rivalidad entre El Heraldo de Zamora y El Correo de Zamora, es algo más, que la rivalidad entre dos periódicos que disputan un mismo público, o de dos periódicos con lineas editoriales opuestas. De tal intensidad es enconado este enfrentamiento, que resulta difícil entender la historia de Francisco Alfonso, sin antes, contextualizar este conflicto hostil, que nace, al mismo tiempo que los periódicos, por lo que debemos trasladarnos al mes de febrero de 1897. El Heraldo de Zamora, recordemos, puso su primer ejemplar en la calle, el 1 de diciembre de 1896, dos meses mas tarde, es decir, el 1 de febrero de 1897 lo hacía El Correo de Zamora.
El Heraldo desde sus páginas, acusa, cuando tan solo había transcurrido una semana del nacimiento de El Correo de Zamora, que hace figurar noticias recibidas mediante servicio telegráfico cuando tan solo son servicio postal, es decir, más atrasadas, y aunque resulte más económico, no deja de ser un fraude, e invita al Sr. Gobernador a que lo investigue. El Correo de Zamora, por su parte, niega de manera categórica que esto sea así, e invita a todas las personas que quieran comprobar la autenticidad de los telegramas a que pasen por la redacción donde les facilitaran los originales. Enrique Calamita, que entonces no es ni el propietario, ni el director del Heraldo, y que a efectos es tan solo el impresor, requiere a un notario para que se persone en su nombre en la redacción del diario y lo compruebe.
Acto seguido, el notario Ángel Conde Matos, se persona en la redacción de El Correo de Zamora y solicita al director del mismo, D. Maximino Barrios la exhibición de dichos documentos, a lo que este responde que debe de consultarlo. Por la tarde, vuelve a presentarse en la redacción y es recibido por el abogado Antonio Rodríguez Pérez, quien le asegura, le hará entrega de los mismos al día siguiente en el despacho del notario. Como al día siguiente no recibió tal visita, volvió a personarse en la redacción de El Correo, donde el propio portero le indicó que el director no estaba y que no le era posible saber su paradero. De lo que dio fe con el correspondiente acta notarial.
El Heraldo además de divulgar lo sucedido, contesta a El Correo que por su parte pone a su entera disposición, con o sin notario, todos los telegramas recibidos desde su fundación, y asegura no defraudar ni estafar al público.
El día 23 de febrero El Heraldo publica, bajo la cabecera del periódico y a cuatro columnas una oferta que dice así:


(Heraldo de Zamora, 23/02/1897) 












El Correo de Zamora, por su parte, se burla de El Heraldo por un telegrama del día 20, diciendo que es del día anterior, y rectifica los hechos recogidos en el acta notarial, acusando a El Heraldo de aumentar la venta fomentando el escándalo. Y mientras, El Heraldo, cada día va aumentando la oferta :

(Heraldo de Zamora, 25/02/1897) 












Y tras varios días, en los que continúan las ofertas, finalmente el 27 de febrero el Heraldo pone punto y final, invitando a los dirigentes de El Correo a que si no aceptan la oferta, al menos para compensar a los pobres, abonen dicho importe de su pecunio personal.

(Heraldo de Zamora, 27/02/1897) 

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