jueves, 22 de diciembre de 2011

CONSPIRADORES Y CONTRABANDISTAS

El enfrentamiento entre El Heraldo de Zamora y El Correo de Zamora, continúa, sin que por el momento se anuncie ninguna tregua. Desde que en el mes de agosto, Carlos Calamita publicara el artículo “Epicureo y malandrín” para contestar a Constancio Arias sobre su silencio en el banquete que celebró la Asamblea de secretarios de ayuntamiento, o en el mes de septiembre cuando Francisco Alfonso con el artículo “Oye tu...”, protesta por la noticia publicada en El Correo en la que se anunciaba su nombramiento como director de El Heraldo, según su opinión, con el propósito deliberado de ofenderle, ambas cabeceras mantienen las espadas en alto dispuestas a entrar en batalla ante cualquier pretexto.

Heraldo de Zamora, 17/10/1911
En este caso, la excusa la proporciona el levantamiento de algunos monárquicos en Portugal contra la recién instaurada república. Según las noticias se ha reforzado la vigilancia de las fronteras para impedir el contrabando de armas y que los sublevados puedan aprovisionarse de armamento. Por otro lado, se cree que algunos de estos sublevados hayan traspasado la frontera y estén conspirando desde España.

Heraldo de Zamora, 17/10/1911
El 14 de octubre El Heraldo de Zamora se posiciona indicando que nuestra Libertad, la de España, debe acoger de manera franca y benevolente a los emigrados portugueses, pero en ningún caso, estos deben de conspirar desde España, si su deseo es conspirar, deberán hacerlo regresando a su patria, y las autoridades españolas deberán velar para que así sea.

En otra página del diario se afirma que el gobernador civil de la provincia, Jaime Aparicio, recibió una confidencia, según la cual en esta capital se ocultaban armas destinadas a los realistas portugueses y como consecuencia en la madrugada del día anterior y en la carretera de Alcañices se había interceptado un alijo.

El 16 de octubre El Correo publica un artículo titulado “Sobre el alijo de armas” en las que debe de calificar de exagerada sino falsa la noticia publicada días antes en El Heraldo. En el citado artículo del Heraldo se afirma que el alijo de armas estaba compuesto por 87 armas y pesaba entre armas y munición 5.000 kg. Según otras fuentes consultadas en la hemeroteca, parece ser que el alijo estaba constituido por ese número de armas, pero el peso, de armas y munición no excedía de los 876 kg.

Heraldo de Zamora, 17/10/1911
La delación se produjo por parte de Francisco Moralejo, quien atendió en su posada próxima a la estación de ferrocarril a unos caballeros portugueses que le manifestaron que las cajas que llevaban y que debían reexpedir contenían armas destinadas a los monárquicos portugueses.

El Heraldo acusa al Correo de conspirador y contrabandista, preguntando al gobernador si en alguna casa cercana al Mercado de Abastos (donde tiene la redacción El Correo) existen armas. Afirma que según persona bien informada, durante la estancia de los realistas portugueses cambiaron libras esterlinas por moneda española, indicando que quizás sea esta la única explicación a la humanitaria, simpática, honrada, legal y abnegada protección que algunos carlistas ofrecen a los emigrados portugueses. Insiste en que las autoridades están en la obligación de extremar la vigilancia contra los conspiradores, porque la República portuguesa esta constituida legalmente y reconocida por el estado Español, y dicha vigilancia no debe de circunscribirse solamente a los emigrados sino a los facciosos que entienden que es humanitario, honrado y hasta caballeroso prestar ayuda a los conspiradores y encubrir a los contrabandistas.

Por otro lado, encontramos como es práctica habitual en El Heraldo en estos conflictos varios “sueltos” dispersos a lo largo del ejemplar, aludiendo a la controversia.

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