jueves, 22 de marzo de 2012

LA MAGDALENA EN MORALEJA DEL VINO 1912

Como en años anteriores, las fiestas patronales en honor de La Magdalena en la localidad de Moraleja del Vino, próxima a la capital, reúne a la redacción de El Heraldo, que se traslada para disfrutar, como es costumbre con sus animados bailes.

El elevado coste de contratar una banda de música es el motivo por el que no era frecuente su presencia en las fiestas de los pueblos, por lo que la música era interpretada por los llamados pianos de manubrio, un pequeño piano que se hacía sonar mecánicamente a través de una manivela.

En la edición del día anterior, los chicos del Heraldo habían acudido a la fiesta en compañía de los dependientes de la Rosa de Oro, emblemático establecimiento dedicado al comercio textil que durante mas de un siglo ha estado situado en la plaza Sagasta.

La tradicional fiesta de Santa María Magdalena comenzó celebrando solemne función religiosa con la asistencia de las autoridades locales y el vecindario, y por la tarde continuó con animadísimo baile de manubrio en la Plaza Mayor, donde las jóvenes de la localidad lucieron sus encantos durante la fiesta hasta las primeras horas de la noche, en la que ésta se trasladó a los salones de la sociedad La Amistad, donde se prolongó hasta las dos de la madrugada.

Según el diario, en la sociedad obrera La Juventud, también se celebró un brillantísimo baile, sin embargo la concurrencia fue menor debido a que la mayoría de los socios se encontraban en plena época de recolección.



LA MAGDALENA EN MORALEJA DEL VINO


Con tanta o mayor concurrencia de forasteros que el día anterior y reinando extraordinaria animación, se celebraron ayer en Moraleja, brillantísimos bailes.
En el de la sociedad titulada La Amistad, el aspecto que presentaba el salón no podía ser mas hermoso: desde los primeros momentos la animación fue extraordinaria y allí se congregó por cierto, ataviadas con elegantes vestidos, un verdadero ramillete de angelicales criaturas, capaces de hacer que se rejuvenezca hasta el anciano J. Puyitas, transportándose a aquellos venturosos días en que pollo aun, figura como revistero de salones en el cuadro de la Redacción.

A la lista de serafines que ayer publicamos adicionen ustedes los nombres de las bellísimas Pepita Mela, Primitiva Castro, Virginia Alonso, Juliana Franco, Paula e lsabelita Petit, Laura Salvador, Argimira Palacios, Carmen Nieto, María Silva, Aurorita y Araceli Rodríguez, Juana González y otras que han de dispensarnos si por olvido omitimos sus nombres.

Del sexo feo, la lista se haría interminable: rindieron culto a la vaporosa diosa del baile, los más apuestos galanes de la simpática villa y pueblos comarcanos, sin que de nuestra capital faltase honrosísima representación.
Tan brillante fiesta terminó a la una de la madrugada, lamentando todos cuantos a ella tuvimos la dicha de asistir, el que la eternidad no fuera con nosotros.

El revistero es acreedor, y gustosísimo cumple el deber de testimoniarlo, a la gratitud para con los amables individuos de la junta directiva de tan culta Sociedad, que con los distinguidos jóvenes don Valeriano y don Gabriel Castro y los señores Mela (Bernardo) y Casaseca (alcalde), le prodigaron todo género de atenciones, que HERALDO DE ZAMORA estima en lo que valen.

En la otra sociedad La Juventud aun cuando fue menor la concurrencia , no por ello decayó la animación ni un sólo instante, sin que faltasen hermosísimas chiquillas, alguna de ellas tan ideal y gentil como Honoria Blanco, que anoche parecía haber aumentado (si es posible) sus encantos.

Terminados los dos bailes, de los que guardaremos eterno recuerdo, volvimos a nuestros lares, gracias al simpático primer teniente mi querido amigo Enrique Nicolás, que previsor, como siempre, tuvo el plausible acuerdo de honrarnos con su presencia proporcionándonos elegante y cómoda cesta, para que J. Puyitas, Salvadorillo García, Gastón (¡el gran Gastón!) Miguel Gómez de las Cortinas y Un Cojo sin muleta, hicieran su entrada triunfal en Zamora cuando daban «las tres de la madrugada en el reloj de la Cárcel». (Conste que la frasecita no es letra de ninguna petenera bien sentía.)

Y hasta el próximo año, si es que vivimos y el cuerpecillo nos pide juerga en esos calurosos días de la Magdalena.

Otro sí, digo: que como es público y notorio en estos reinos de Galarza y Requejo y según añeja costumbre, Casimiro Moreno el dueño de la fonda, no perdona medio de complacer a sus parroquianos y continúa sirviendo con abundancia, prontitud y esmero: la cena de anoche, acredita por sí sola un establecimiento.

Al menos, esa es la opinión unánime de todos los comensales.
Gracias, veterano Casimirín.

Heraldo de Zamora, 24/07/1912

2 comentarios:

  1. Me ha causado una enorme alegría haber llegado a leer estos artículos.
    Gracias por subirlos a la red y poder compartirlos.

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    1. Gracias a tí, por tener la curiosidad de leerlos. Para mi es un viaje maravilloso en el tiempo...

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