miércoles, 5 de octubre de 2011

EXCURSIÓN A MUCHACHOS

Tal y como había prometido, si sus ocupaciones se lo permitían, Un cojo sin muleta acompañó a la Comisión gestora de la organización de la novillada prevista para el día de la Ascensión, a la dehesa de Muchachos en las proximidades de Ledesma para elegir el ganado que deberá lidiarse en la corrida.

EXCURSIÓN A MUCHACHOS

Muchachos se llama una magnífica y fértil dehesa que a cinco kilómetros de Ledesma y a 28 de Salamanca posee el señor don Eloy Lamamié de Clairac, concienzudo criador de reses de lidia, propietario de los cuatro hermosos y bonitos utreros ayer escogidos por la Comisión, para que los despache el diestro vallisoletano Pedro Pavesio, Formalito, el día 25 del actual, festividad de la Ascensión.
Don José Espada, don Adolfo Rodríguez, don Lázaro Moreno, don Carlos Martín, empleados ferroviarios; don José Gamazo, tratante de ganado; el arrendatario de la dehesa de Amor, y un servidor de ustedes, visitamos ayer la finca del señor Clairac, y después de oír en su compañía el Santo Sacrificio de la Misa, pasamos al rodeo para admirar un centenar de novillos toros, de los cuales escogimos los siguientes:
Zapatero, número 37 del registro, colorao ojo perdiz; Tesugo, número 38, colorao retinto; Vinatero, número 4, berrrendo colorao, y Escapulario, número 23, berrendo en sucio; todos bien puestos de pitones y con mucha lámina.
Separados del resto de la ganadería, el señor Clairac impresionó algunas placas fotográficas de los novillos, que la Comisión a exhibirá dentro de varios días en los comercios.
Terminada la faena, los excursionistas sentámonos a la mesa del conocido ganadero salmantino, obteniendo múltiples pruebas de atención por parte de todos los de la casa, especialmente de don Eloy y de su hijo Antonio, entusiasta aficionado y conocedor de la ganadería.
En el mismo coche que nos transportó por la mañana a Muchachos regresamos a Salamanca, henchidos de gozo por el brillante resultado de la excursión y haber adquirido cuatro bichos de la mejor pasta que posee el señor Clairac, y en cuya bravura confía mucho la Comisión gestora.
A pesar de lo largo y penoso que resulta el viaje, entre los excursionistas no decayó por un momento la alegría, aumentada en Golpejas, durante el almuerzo, y en la pradera de Doñinos, donde se merendó.
Ultimados los principales detalles, mañana o pasado comenzará la circulación de programas anunciando la fiesta, cuyos productos han de ingresar en la Caja de la Asociación de Empleados y Obreros de los Ferrocarriles de España.


Un cojo sin muleta.
(Heraldo de Zamora. 08/05/1911)

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